Sabes que brincar de cama en cama como un trapecista tiene sus riesgos. Que algún día, sin avisar, alguien extenderá la red que proteja tu salto del vacío, y ese día caerás.
Y cuando caigas, alguien prometerá deshacer los nudos de la malla para que continúes tus acrobacias, pero todas las noches, mientras duermas, alguien anudará los cabos aún más fuertes.