Dumping
Cuando mi mujer se ausenta por motivos profesionales hay menos ruido o al menos lo parece. Ordeno los rotuladores, con las puntas orientadas al sur, saco mis fichas, ajusto la resistencia del teclado y comienzo a escribir. Normalmente escribo tres, cuatro horas sin parar, pero desafortunadamente la empleada doméstica libraba hoy y he tenido que bajar al ultramarinos, hermosa palabra. Junto a las cuajadas encontré muy cogitabundo a Jose Lizaurzabal.
Creo que va a comenzar a escribir otra vez en vasco.
Y eso es dumping.
Pequeños fragmentos como los jaikus. Interesante la vida de un escritor.
Me hubiese gustado ser uno de ellos.
Si no lo eres ya, todavía estas a tiempo.