Ahora no tengo el tiempo que desearía para escribir, en pleno tramo final de correcciones de algo que no sabemos cuando saldrá pero saldrá, supongo, y si no, al menos, alguna sólida huella habrá dejado en mi libreta de ahorros.
El arte, en esta categoría profesiovital, produce muchos menos beneficios.
Podría rescatar algunos fragmentos de la primera versión de inútil/imprescindible, pero me lo impide el orgullo.
El primer mandamiento de la religión de la creatividad: siempre podré inventar otros.
Aunque
¿si dios no existe?
En realidad no existe pero insisten ¿crees en ello?
Saludos.