Para celebrar la noche de los libros a alguien se le ocurrió colgarlos de una marquesina en el tramo de Fuencarral que va de la glorieta de Bilbao hasta la de Quevedo.
Como si no les hubiese bastado con la hoguera.
Elena García de Paredes
Para celebrar la noche de los libros a alguien se le ocurrió colgarlos de una marquesina en el tramo de Fuencarral que va de la glorieta de Bilbao hasta la de Quevedo.
Como si no les hubiese bastado con la hoguera.