Yo os haré odiar la literatura hasta el último día de vuestra vida.
Os lo juro.
(Al fin y al cabo, me he estado formando para ello)
Sé que en un futuro, aunque sea en secreto, me lo agradeceréis.
Porque, al menos, odiaréis la literatura con motivo. Y con conocimiento.
Y yo pensando que era una «María», como gimnasia.
Oh, las marías. Aquellas asignaturas que se esponjaban en leche…