Gran Café
voy a esa cafetería porque me divierte lo confieso
camuflarme entre ellas y fantasear con que son abuelas mías
o tías abuelas mientras sorben el chocolate y comen churros
con despreocupado apetito y las mejilla tan encendidas
Carmen Hernández Zurbano, Géiser, Mérida, ERE, 2012
Nunca me he hecho eco de los (poquísimos) libros que alguien tiene a bien enviarme, no sé por qué. Recuerdo los de Manuel Abacá e Irene Sánchez Carrón, enviados personalmente. O los de Pilar, antropóloga, con quien tengo un pacto y la casa llena de estudios sobre la Semana Santa mientras ella custodia en Valladolid mi parca obra. A finales de enero encontré esto sobre el escritorio, de parte de un ente y persona jurídica supongo. No conocía a la autora pero tenemos amigos en común: Sleater-Kinney, Xiu-Xiu, Mazzy Star.
(Opiniones más contrastadas aquí)