Romper dos cuerdas a la vez en la segunda canción no parece buen augurio, pero alabado sea el señor, porque Babes se crecieron en rabia y frescachonería.
Elena García de Paredes
Romper dos cuerdas a la vez en la segunda canción no parece buen augurio, pero alabado sea el señor, porque Babes se crecieron en rabia y frescachonería.