A veces toca descansar de la lógica del ruido y la abstracción, y nos apetece escuchar algo más orgánico, con canciones tan breves y delicadas como comer algo delicioso que se derrite pronto, voces bonitas, letras dignas y arreglos con olorcillo a pachuli. Las hermanas Söderberg hacen equilibrios entre la Costa Oeste y cualquier granja de Winsconsin igual que se hacía en 1968.
+ My Silver Lining, Stay Gold, A Long Time Ago.